Uno de los métodos más utilizados por la industria, la agricultura y las fuentes domésticas para disponer de los contaminantes residuales contenidos en el agua y el aire, es el uso de una práctica conocida como solución por dilución, que consiste en diluir el contaminante con volúmenes altos de agua o aire para que la concentración total del componente se reduzca y cumpla con las normativas legales de salud pública y ambiental.
Para el caso del agua, cuando su bajo costo lo permite, ciertos efluentes líquidos se eliminan en sumideros diluyéndolos fuertemente con altos volúmenes de agua limpia o relativamente limpia, reduciendo considerablemente la concentración de componentes no deseados o tóxicos. Por otro lado, para el caso del aire, se utiliza esta misma práctica, utilizando aire en exceso durante la reacción de combustión para combustibles fósiles provocando que los productos de los gases de combustión contengan una menor concentración de residuos contaminantes para el ambiente. Esta práctica ha sido utilizada desde los inicios de la revolución industrial debido a su bajo costo y la posibilidad de eludir modificaciones en los procesos con la adquisición de componentes o equipos costosos para la remoción adecuada de los contaminantes que son liberados al ambiente (ya sea al agua o al aire).
De la misma manera se utiliza esta práctica en el sector agrícola, diluyendo los residuos de pesticidas y fertilizantes con altos volúmenes de agua para riego.
Finalmente, el sector doméstico también hace uso de esta práctica disponiendo de los residuos orgánicos y de los químicos del hogar como hipoclorito de sodio, ácido sulfúrico, ácido clorhídrico, ácido muriático diluyéndolos con agua y disponiéndolos mediante el fregadero, bañeras, drenaje y jardines.
Cuando las personas o la industria deciden diluir los residuos contaminantes mediante el uso del agua no se está pensando en el futuro que dejamos para las personas que nos procederán, debido a que existirán repercusiones tanto para la salud pública como el ambiente que nos rodea.
Existen tres tipos de categorías según el tipo de contaminante que se presenta en el agua:
Los contaminantes inorgánicos pueden provenir de diversas descargas ya sean domésticas, agrícolas, industriales o por la misma erosión del suelo. Los principales contaminantes que se presentan son:
Cloruros Sulfatos Nitratos Carbonatos Desechos ácidos Desechos alcalinos Gases tóxicos disueltos Metales pesados
Los contaminantes inorgánicos se pueden presentar en forma soluble o partículas suspendidas. En cuanto al impacto ambiental, se les da más relevancia a las especies solubles ya que son especies más móviles, con mayor alcance de toxicidad y presentan una dificultad mayor al momento de querer eliminarlas o tratarlas.
A pesar de la mala fama que muchos elementos metálicos tienen sobre la salud, son necesarios para el desarrollo de organismos vivos, sin embargo, cuando exceden una determinada concentración pueden resultar perjudiciales y letales para la vida. Los metales pesados disueltos en agua constituyen una problemática importante mundialmente.
Los contaminantes físicos hacen alusión a los efectos físicos que pueden dañar las propiedades del agua y aquellos tejidos vivos presentes, como lo es la fauna y la flora. Un ejemplo de contaminación física es la contaminación térmica, la cual se lleva a cabo cuando procesos industriales, centrales eléctricas y centrales de energía elevan la temperatura de los ríos o lagos cercanos a estos, disminuyendo la capacidad original de oxígeno que podía contener dicho depósito natural de agua, afectando la vida de los organismos.
Otro posible contaminante físico son las sustancias radiactivas solubles que se presentan en cantidades muy pequeñas de concentración que al pasar el tiempo y los años, acumulan los isotopos radioactivos, alcanzando concentraciones de radioactividad importantes para los seres vivos presentes en el agua donde se disponen de estos componentes radioactivos.
Actualmente se están fomentando e impulsando nuevas leyes que relacionen el precio del agua con su calidad, cantidad y uso específico. El uso específico haría referencia al método de solución por dilución, prohibiendo el utilizar cantidades altas de agua como diluyente de contaminantes obligando a las personas físicas o morales a buscar alternativas de eliminación y disposición de dichos contaminantes.
Estas estrategias obligan a las industrias a buscar alternativas, principalmente que incluyan en primer lugar la reducción o eliminación del efluente. La dilución no es la solución a la contaminación. Se deberán buscar alternativas tecnológicas y procesos que salvaguarden la sustentabilidad de los procesos para asegurar un futuro a las generaciones que nos procedan.